El
trabajo de Jonathan Hickman al frente de la Franquicia Vengadora ha conseguido
polarizar claramente a dos sectores de los lectores. Por un lado tenemos a
aquellos que defienden a ultranza el trabajo que lleva pergeñado el escritor,
mientras que otros lo critican sin concesión al haber estirado las tramas al
máximo extasiando a la gran mayoría.
La luz al final del túnel ya empieza a aparecer y
las “Secret Wars” parecen éste final, pero mientras, el guionista anda
desenvolviendo algún que otro cabo suelto que lleva coleando desde su entrada por
la puerta grande hace tres años.
Y es que puede que la gente tienda a olvidar lo que
vino antes que Hickman, pero cabe mencionar que el periplo de Bendis se
prolongaría durante más de siete años, extendiéndose por un total de 200
episodios, sumando todas las series vengativas por las que pasaría, ¿para
contarnos qué?
He leído muchas críticas hacia Hickman que decían
que parecía no estar contando nada… Pero creo que esas críticas las hace
alguien que simplemente no ha tenido la fuerza de voluntad necesaria como para
ponerse a leer el trabajo del escritor del “Este al Oeste”, cuya planificación
hace que su trabajos se lean mejor de manera continuada más que el formato
mensual tradicional.
Cuestión de gustos aparte, hay que reconocerle al
menos el mérito, que en menos de tres años ha conseguido configurar una gran
macrotrama con tintes más grandes que la vida misma y que, por fin, la
conclusión de todo su periplo está al caer, con imprevisibles consecuencias que
aún no podemos ni llegar a imaginar.
No han sido siete años, ya que el escritor sólo ha
utilizado la mitad del tiempo que su predecesor para contarnos una gran
historia y al contrario que Bendis, Hickman no ha improvisado. Ya que si
repasamos todos los episodios del creador de “Pax Romana”; nos daremos cuenta
que todo anda bien atado e hilado.
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