La nueva incursión
editorial con los Guardianes estaba cantada, sobre todo, cuando Marvel anunció
la futura lejana adaptación cinematográfica, que el año pasado alcanzaría cotas
de popularidad insospechadas, aumentando todas las apuestas que pudiéramos
llegar a tener con Marvel Studios, asombrando a propios y extraños con un
producto que conseguía salirse de la norma, pero siempre bebiendo de lo mejor
del género.
Debido al éxito de
la película pronto empezaría a aparecer series dedicadas a los Guardianes como
setas, que si una serie regular para Mapache Cohete, otra para Star-Lord, en el
horizonte aguardan Gamora y Drax, siendo Groot el único que dispondrá de una
miniserie a tenor del gran evento veraniego, de la que probablemente surja otra
serie regular...
Es decir, en los
dos años que lleva al frente de los Guardianes, lo único que ha logrado Bendis
al frente de la misma ha sido FRANQUICIARLA.
Al igual que hizo
en su momento con Los Vengadores, Bendis es un crack a la hora de ir creando
escenarios que van interconectándose los unos con los otros y si la cosa ya le
funcionó bien en uno de los rincones más inóspitos de la editorial, ¿por qué no
repetir la jugada?
Parece que con este número se da por cerrado el
primer iniciclo del autor con el grupo y está por ver si volverá a ser él el
encargado del devenir futuro de estos singulares personajes que brillan más que
las estrellas, todo ello bajo un planificado plan ejecutado a la perfección por
los distintos departamentos existentes de La Casa de las Ideas
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