Una de las grandes virtudes que se confluyen en todos los
trabajos que ha realizado Jonathan Hickman hasta el momento, es que es un
hombre que cree en la grapa, porque en todos sus episodios deja diseminada una
serie de piezas maestras que al final conforman el rompecabezas definitivo bajo
el que se construyen todas sus hipertramas llenas de épica y emoción a rebosar,
todas ellas más grandes que la vida misma.
Ya en sus precedentes etapas de los Guerreros Secretos,
SHIELD Y Los 4 Fantásticos junto con la Fundación Futuro, demostró tener un
pulso endiablado a la hora de ir tejiendo poco a poco y con paciencia un telar
cuya última imagen nos deja ver el bosque al completo, lo que hace que sus
etapas, sobre todo, se disfruten mucho más si se conocen todos los entresijos
que van desarrollándose.
Mientras en sus Guerreros Secretos y SHIELD lo tuvo fácil,
debido a que las dos series se separaban en la cronología unos cuantos años, a
pesar de que las dos contaban la misma historia, ya que se relacionaban con la
antigua y secreta agencia del Escudo con la contemporánea SHIELD; mientras que
en sus 4 Fantásticos lo tuvo fácil a la hora de franquiciar el concepto de la
Fundación Futuro y conseguir que la Primera Familia pudiera tener un spin-off
incluso más interesante que la serie madre. Fue en su estancia con Reed
Richards y los suyos donde empezaría a tantear algunos de los temas a los que
volvería a incidir en su periplo con los Héroes Más Poderosos de la Tierra.
Cuando Hickman entró por la puerta grande de Los Vengadores,
a nadie le debió sorprender, ya que en sus mencionados trabajos anteriores
había dado muestras de ser un aventajado alumno de la estela de Brian Bendis,
por lo que se convirtió en el sucesor natural del calvo de Cleveland.
Aprovechando el concepto de los Illuminati que había creado
Bendis, Hickman decidió acometer la ardua tarea de darle un sino más allá de la
creación del grupo inicial a la par que potenciaba el grupo de los Héroes Más
Poderosos de la Tierra a la enésima potencia; había llegado el momento de dejar
la Tierra para convertirse en algo más grande…
“El Ocaso del Multiverso” fue el detonante que haría que T’Challa
volviera a reunir a Los Illuminati, mientras que Tony tendría que manipular en
cierta medida al pobre Capitán América, quien reuniría a una de las
alineaciones más numerosas y poderosas en la historia del grupo para hacer
frente a amenazas más grandes… Y así reservar un plan de contingencia para las
Incursiones.
Dos colecciones que muestran dos caras bien diferenciadas de
una gran macrohistoria que lleva gestándose desde que Hickman aleteara en la
franquicia vengativa. En sus VENGADORES tenemos un tipo y tono mucho más
grandilocuente, mientras que en sus NUEVOS VENGADORES el tono no puede ser si
no crepuscular ante la ominosa amenaza a la que se enfrentan los Illuminati, a
pesar de que todos los caminos tarde o temprano acaban confluyéndose en un
mismo torrente.
En cualquier caso, para facilitar la comprensión de la
totalidad de la etapa vengativa del autor con respecto al Alfa y a la Omega que
representan las dos caras de la actual Franquicia Vengativa, os dejaremos un
interesante orden de lectura que os hará mucho más comprensible el gran
rompecabezas que ha organizado el bueno de Hickman y que dista bastante de
completarse a tenor del anuncio de las futuras Secret Wars, que nace
consecuencia directa de esta muerte multiversal y crisis en tierras infinitas
del Universo Marvel.
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