Gerry Duggan aterrizó en la serie regular de “Hulk” casi de
rebote, ya que Mark Waid apenas había relanzado la colección – por segunda vez –
que ya estaba anunciando su inminente despedida al finalizar el primer arco que
venía promocionado por la llegada de Mark Bagley, sin duda el gran reclamo de
la renumeración de la colección regular.
Pero a pesar de llegar como el que no quiere la cosa, el guionista ha sabido jugar con el
libro de reglas de lo que debe y tiene que ofrecer una gran historia del Goliat
Esmeralda, creando una épica trama que ha conseguido colmar todas las
expectativas que cualquiera pudiera esperarse de un guionista/relevo.
Ante el nuevo statuo quo en el que dejaron al personaje
Kieron Gillen y Mark Waid al finalizar el “Pecado Original”, en el que
descubriríamos por retrocontinuidad que Tony Stark fue el principal precursor
de la creación de Hulk, Gerry ha sabido ir más allá de lo que uno pudiera
esperar con el personaje y las tramas, reconduciendo la historia del personaje
y llevándola un paso más allá de las maneras más insospechadas.
El primer arco que anda relatando precisamente anda tratando
el descontrol de la población “Hulk” y como el nuevo y flamante Doctor Green se
dedica a resolver la epidemia de la mejor de las maneras… ¡Que no es a hostias!
Mark Bagley también ha sabido amoldarse a la perfección al
personaje y de lo que no nos cabe ningún tipo de dudas, es que la colección fue
relanzada a tenor de su llegada y no hay más que hablar, ya que de momento es
de los pocos dibujantes en Marvel que ha conseguido dibujar más de doce
episodios seguidos de la cabecera de la que se encargaba sin fill-ins de por
medio, dando cierta estabilidad gráfica al conjunto y homogenidad, ya que al
fin y al cabo Duggan ha herdado muchos de los argumentos que ha tocado, pero en
poco ha sabido hacerlos suyos por lo que estamos impacientes por ver hacia
donde nos conduce el camino que le tiene allanado el autor al personaje.
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