Tengo que reconocer que estoy disfrutando como un enano de las actuales Guerras Secretas de Marvel y es que creo que desde tiempos de la ''Civil War'', La Casa de las Ideas, no había sabido jugar tan bien sus cartas a la hora de organizar un evento del que se siente su peso y relevancia a cada episodio que se marcan.Sin duda, Jonathan Hickman, es uno de los principales culpables, y lo digo en el buen sentido de la palabra, ya que el autor ha sabido disponer de un gran tablero de juego y piezas a cada cuál más imprivisible, para marcarse el fin de su periplo en Marvel, no ya concluyendo toda la megahistoria que se montó al frente de sus Vengadores, sino también en lo que hizo anteriormente en la editorial, es decir, Guerreros Secretos y Los 4 Fantásticos.
Y es que fue en la serie regular de Los 4 Fantásticos donde el escritor conseguiría sacar oro puro de La Primera Familia y el entorno que siempre los había rodeado, retorciendo y moldeando los pilares fundamentales de la mitología del grupo, llevándolos a su terreno.
Todos los elementos juegan un papel determimante y me está gustando que La Primera Familia, a pesar de no contar con su propia colección regular, se ha convertido en parte quintaesencial de todo lo que anda ocurriendo. No es moco de pavo que hayan elegido al Dr. Muerte como gran antagonista y es que todo tiene pinta a FINAL de ciclo.
Ya hemos sobrepasado el ecuador del evento, por lo que tras disponer de todas las piezas y remover un poco el tablero, ahora toca empezar la última gran partida que se antoja como imprescindible, además de dejarnos en vilo, al no saber qué ocurrirá. Podemos tener nociones, pero sabemos que imprivisibilidad es uno de los puntos fuertes de Hickman y si lo dejan hacer lo que pretendía en su momento, el Universo Marvel del mañana será muy diferente al que tuvimos ayer.
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