“Secret Wars”, al contrario que en cierto evento reciente
de la Distinguida Competencia, está mostrándose como un crossover con talante,
con chicha, ya que pese a vernos sometidos a un precipitado impass, todo lo que
estamos leyendo relacionado con las Guerras Secretas está resultando de lo más
entretenido y, sobre todo, ameno.
En esta época estival calurosa, el cuerpo pide este tipo de
lecturas. Más si los equipos creativos siguen en danza como es el caso que nos
ocupa. Jason Aaron prosigue con su épica epopeya retorciendo y maleando el mito
del Dios Nórdico del Trueno a su convenencia. Aaron recalaría en la serie hace
ya unos tres años y en su periplo inicial asentaría las bases bajo las que
parece andar moviéndose hasta ahora.
El guionista ya ha demostrado en muchas ocasiones saber
capear este tipo de eventos con la mayor honra, que es la de adaptar el
argumento de su gran arquitrama a los impropicios que resultan del gran
crossover de turno. Ya lo hizo con ‘Lobezno y la Patrulla-X’ y resultó de lo
más satisfactoria la trayectoria del guionista.
Tras presentar a su nueva protagonista, ahora nos vemos
sumidos en el nuevo escenario que presenta el “Mundo Batalla” de Secret Wars,
donde el Dr. Muerte gobierna como un Dios por sobre todos y tiene en su poder a
los “Thor Corps”, un concepto que no es nuevo ya que Aaron algo dejó caer en
sus primeros episodios al frente de la serie…
En cualquier caso, a seguir disfrutando del periplo del
guionista de turno, a pesar de los repentinos altos en el camino puedan servir
para poner en situación a más de un lector que andaba perdiéndose en
espectáculo que está montando Jason Aaron mensualmente en una de las más
acertadas reinvenciones del Dios Nórdico.
Sobre todo, recomendado a los amantes de la televisiva “Vikings”,
y, ¿por qué no? “Juego de Tronos”.
